El 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, fueron desaparecidos en un incidente que conmocionó a México y al mundo. La desaparición de los normalistas, que se dirigían a la Ciudad de México para conmemorar la masacre de Tlatelolco de 1968, desató una serie de investigaciones y protestas a nivel nacional e internacional.
El gobierno mexicano, bajo la administración de Enrique Peña Nieto, inicialmente presentó una versión oficial conocida como la «verdad histórica», que afirmaba que los estudiantes fueron secuestrados por un grupo criminal, asesinados e incinerados en un basurero en Cocula. Sin embargo, esta versión fue ampliamente cuestionada por inconsistencias y la falta de pruebas concluyentes, lo que generó una desconfianza generalizada en las instituciones encargadas de la investigación.
A lo largo de los años, diversas organizaciones internacionales, como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, llevaron a cabo investigaciones paralelas que evidenciaron la participación y encubrimiento de fuerzas estatales en los hechos, así como la tortura de los detenidos para obtener confesiones.
Con la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en 2018, se reabrió el caso con la promesa de esclarecer los hechos y castigar a los responsables. En 2020, se emitieron nuevas órdenes de aprehensión contra funcionarios y militares presuntamente involucrados. No obstante, la falta de hallazgos significativos sobre el paradero de los estudiantes sigue siendo uno de los puntos más críticos en la investigación.
A diez años de la desaparición, el caso Ayotzinapa continúa sin resolverse completamente. Las familias de los desaparecidos mantienen una lucha constante por la verdad y la justicia, exigiendo respuestas claras y el castigo a todos los responsables. La Comisión de la Verdad, creada por el actual gobierno, sigue trabajando en el esclarecimiento del caso, mientras el país sigue conmemorando cada año los trágicos hechos que dejaron una herida profunda en la sociedad mexicana.